miércoles, 18 de febrero de 2015

Día uno: ¡desayuno de arroz!

¿Qué? ¿Desayunar con arroz? ¿De qué me está hablando esta mujer?

Esa fue mi primera reacción ante el consejo de Perla para curar la gastritis. Para arrancar el día me recomendó hacer una suerte de crema de arroz yamaní integral con Gomasio. Como mis náuseas y dolores de panza son más fuertes a la mañana, decidí empezar con esta receta para probar. Cociné a la noche, ya que lleva tiempo. ¡Y al mañana ya tenía todo listo!


Primero, hay que lavar el arroz. Luego, por cada medida, van cinco de agua. Lo ideal es cocinarlo en una olla a presión y luego con difusor de calor, pero como no tengo ninguna de las dos, lo hice en olla común hasta que rompió hervor y luego bajé el fuego a pelusa (el mínimo antes de que se apague). Sé que así se hace el arroz para sushi, así que me quedé tranquila con mi modificación. Igual, pienso asirme de los utensilios correctos en algún momento. Según el libro, hay que dejarlo remojar luego de lavarlo, pero dado el poco tiempo y que Perla no me especificó esto, lo herví así. La próxima probaré remojarlo.
Dejás el arroz 40 minutos bien bajito y después lo colás. A la minipimer y listo...

Me quedó una pasta poco atractiva que metí en la heladera y rogué que al día siguiente estuviera bien.

Esto se sazona con gomasio (una mezcla de semillas de sésamo lavadas, secadas y tostadas y sal marina tostada). Al ser el primer día, no tenía muchos elementos por lo que sólo lo hice con sésamo. Te digo que suma MUCHO a la crema de arroz.

La prueba definitiva fue a la mañana siguiente. Lo comí con poca fe, pero me sorprendió. Es bastante más rico de lo que creía. Idealmente se acompaña con un té de bansha, pero por ahora decidí quedarme con los de hierbas conocidas.

Poco a poco iré incorporando nuevas comidas y recetas. El futuro de los desayunos igual se ve más entretenido: pan integral con queso untable de tofu o hummus.

¿Vos qué desayunás todas las mañanas?

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